Empiezo a acostumbrarme a vivir rodeado de mi música, de mis libros, de mis
ideas, de mis planes. Todavía me falta mucho para tener ese valor de salir con
mi alma, sin sentirme rodeado por miradas furtivas. Pienso mucho en salir solo a
bares, antros, tables, pero solo es una pulsación de energía q sale de mi
cabeza al universo, una acción incompleta, llevada al caos. Solo en esos
momentos es cuando me veo saboteado por mi baja estima. Son esos ratos incómodos
q odio, esos minutos que paralizan mi caminar. Hay planes por delante, el mundo
está lleno de actividades que falta una pisca de valor, para levantarte,
enfocarte, mover tus músculos y llevarlos hasta el teléfono, computadora, local
y desarrollar esa imagen que tienes de ti, haciendo lo que pensaste hacer. Romper
cadenas, salir del lodo.
Me siento como Jim Carry en la película de sí señor, cuando empieza con el mágico
sí.
Hacer nuevos amigos y reafirmar los viejos, aunque ni por más tecnología que
haya, es a veces posible contactar a un bato de tu escuela. Hoy salgo y
quiero librarme de ese hechizo que me lleva esclavizado durante años. Qué no
creo que sea por falta de experiencia, si no por falta de seguridad. He visto a
grandes imbéciles, que apenas saben seguir las vibraciones de la música o que
se muerden la lengua al hablar, tener más éxito que yo al pararse enfrente de
un pollaso de esos q solo hay las lomas. ¿Cuál es el secreto? Empezare a hacer
las cosas diferentes, cambiare mis fichas, y si no funciona, lo hare diferente
debe haber una formula, unas reglas a seguir que cada quien tiene en su genética
para obtener eso q llamamos placer carnal.
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