Es difícil mantener ocupada la cabeza todo el tiempo, en
especial cuando esperas algo, un mensaje una llamada. Imagino cómo ha de ver
sido la vida en los pueblos, cuando
no había luz eléctrica y las personas se quedaban solas en
sus casas. Ha de haber sido muy duro para ellas, pasar una tarde entera
pensando en nada, viendo la pared de sus casas con las
velas encendidas esperando a que la noche se acercara.
Ahora pienso, que en esta época es más fácil la comunicación, hay
celulares, Internet hay de todo, para mantenerte cerca con tus
amigos, para que hables con ellos y nunca pierdas contacto
La decepción llega cuando siempre tu eres el que tiene que marcar,
llamar, comunicarte, porque si esperas ha que alguien te marque o te hable para
decirte, oye vamos a tomar un café pueden pasar días, semanas, meses
y nunca llega. El dolor de la espera, el dolor del anhelo a que pase algo que
sueñas y nunca llega. Son flechazos al cerebro, flechazos a
la razón.
Lo repito y no me cansare de hacerlo, es difícil estar solo
con uno mismo, por más que quieras hacer cosas para que el silencio no ataque,
siempre habrá un momento de debilidad, y ese es el momento en donde
flaqueas y caes.